UNIVERSIDAD VERACRUZANA
   
 


Gonzalo Aguirre Beltrán s/n
Lomas del Estadio, Zona Universitaria
Xalapa, Ver., México.

 

 

LA REINGENIERÍA DE PROCESOS

 

Hammer y Champy definen a la RP como “la reconcepción fundamental y el rediseño radical de los procesos de negocios para lograr mejoras dramáticas en medidas de desempeño tales como en costos, calidad, servicio y rapidez”.[1] Tal definición apela a 4 conceptos básicos o esenciales :

 

1.   Se trata de una reconcepción fundamental. Esta idea se refiere al hecho de que se deben responder preguntas tales como : i) ¿por qué hacemos lo que hacemos ? y, por otro lado ii) ¿por qué lo hacemos como lo hacemos ? Se trata de algo que va a los fundamentos de  los procesos de trabajo.

2.   La RP es radical. Es decir, la RP busca llegar a la raíz de las cosas, por lo que no trata solamente de mejorar los procesos, sino ante todo, busca «reinventarlos».

3.   Es dramática. Los cambios que propone la RP son de tal forma significativos e impactantes que son definitivos, no graduales ni parciales. Los cambios y mejoras son gigantescos.

4.   La RP refiere a los «procesos». En efecto, los procesos son el eje de la reingeniería, y los entiende como “el conjunto de actividades que toma una entrada de información y crea una salida de valor para el cliente”.

La RP no es una reestructuración, es una «reinvención« de la empresa; tampoco es una reorganización, sino un cambio radical, un “volver a hacer”.

La reingeniería de procesos es una propuesta para administrar empresas bajo condiciones de ambiente dinámico, altamente competido y globalizado. Las empresas que no sean capaces de adaptarse de forma radical y definitiva a las nuevas condiciones del entorno, difícilmente podrán ya no competir, sino simplemente “sobrevivir”. En este sentido, los viejos paradigmas, basados en estructuras sustentadas en los principios tradicionales de la organización, como la división del trabajo, la jerarquía, la centralización, entre otros, sólo conducen a esquemas de burocratización caracterizados por la entropía, el desgaste y la ineficiencia en la búsqueda de competitividad. Si la alta dirección de una empresa pretende reposicionar al negocio, la RP constituye una buena alternativa.

 

   La RP es un enfoque basado en el cliente externo y anhela su satisfacción total de una manera mejor que los competidores mediante la reelaboración de procedimientos integrados y totalmente nuevos que efectivamente los satisfagan.

 

   ¿Cuándo aplicar la reingeniería de procesos ?

 

La RP, si bien es una metodología administrativa nueva, no debe constituir una moda. En realidad, debe aplicarse «por necesidad», esto es, cuando literalmente la empresa se encuentra al borde de la crisis y no halla alternativas mejores para lograr su supervivencia. Las reestructuraciones sólo mudan los problemas, los transfieren a otras áreas haciendo que al final permanezcan los mismos vicios organizacionales que mantienen a la empresa en un estado de incapacidad gerencial para responder de una manera ágil y oportuna a las exigencias de los mercados globalizados, altamente competitivos y caracterizados por  la incertidumbre y el riesgo.

   Independientemente de esto, la empresa tiene que analizar seriamente la opción de entrarle o no a la RP. Se trata de una decisión de alta gerencia, que requiere análisis serios y maduros puesto que las implicaciones de la RP son de tal magnitud, que implican costos laborales y humanos impresionantes, pues recordemos que la  RP provoca cambios fundamentales, radicales, dramáticos y definitivos. Por ello, la empresa debe decidir si efectivamente necesita o no la RP y, sobre todo, si está realmente comprometida con los cambios que implica.

   Algunos de los signos externos que pueden orillar a la empresa a considerar la RP son, entre otros, los siguientes :

 

·     Intensificación de la competencia

·     cambios en los patrones de consumo de nuestros clientes

·     decremento de las utilidades

·     aparición de nuevas condiciones de competencia en los mercados internos y externos

·     modificación de los escenarios económicos, tecnológicos, financieros, laborales, demográficos, legislativos y políticos que, producto de la apertura y de la globalización de los mercados, alteran, modifican o cambian radicalmente los patrones de producción, distribución y consumo de las economías

 

Ante tales cambios en los entornos, la necesidad de acudir a la RP está determinada porque las empresas :

 

1.   Sienten mucha presión y perciben que para sobrevivir tienen que hacer «algo inmediatamente». En este caso, las empresas necesitan realizar rápidos y drásticos cambios en sus estructuras, ya que es probablemente la única manera en que puedan sobrevivir o bien sortear los grandes obstáculos que se les presenta.

2.   Los administradores de las  empresas sienten temor y tiene que hacer «algo pronto», pues a pesar de que en este momento se consideran así mismas buenas en su ramo, vislumbran que en un futuro cercano sino realizan ciertos cambios en su estructura, no podrán seguir manteniendo su nivel competitivo.

3.   Las empresas se muestran ambiciosas y pretenden usar todos los medios a su alcance para lograr lo que quieren. En este caso, las empresas quieren ser las pioneras en su giro para oponerse a sus competidoras y así, tener el camino libre para ampliar sus mercados. Es el momento para acudir a la RP, consideran.

 

   ¿Reingeniería o simplemente ingeniería de procesos ?

 

Esta parece ser una de las preguntas que más angustian a los administradores tradicionales.[2] Habrá que considerar que el término ingeniería deriva del latín ingenium, que significa «capacidad de discurrir e inventar». Más conceptualmente, podemos decir que la ingeniería es “la aplicación creativa de principios científicos, tales como el diseño y desarrollo de estructuras, máquinas, aparatos o procesos de manufactura o de obras que los utilizan singularmente o en combinación en búsqueda de soluciones y aplicaciones  útiles para la vida cotidiana”.

   Las organizaciones de finales de siglo XX, que como hemos dicho operan en un ambiente de apertura comercial y de globalización de los mercados internacionales, necesitan enfrentar una realidad: renovarse o morir. Este refrán popular no parece ser más cierto que en los tiempos actuales y por ello los administradores profesionales necesitan estar conscientes de la existencia de esta técnica, a efecto de que puedan implementarla eficientemente cuando la empresa que consultan o bien que administran lo requiera.

   Sin embargo, la RP no es necesariamente la solución; es decir, es necesario antes evaluar si lo que la empresa necesita es realmente la RP, ya que como hemos dicho anteriormente, ésta implica cambios radicales y éstos, a su vez, comprometen a la empresa a grandes riesgos. Así que los administradores deben evaluar qué es lo que  la empresa requiere para poder aplicar la técnica más adecuada.



[1] Institute of Industrial Engineers, Más allá de la Reingeniería, CECSA, México, 1995, p. 4

[2] Asumimos aquí que un administrador tradicional es aquél que se aferra a los paradigmas clásicos de la administración (Taylor, Fayol, Mayo, Weber, etc)

 

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